Estudio de las relaciones entre la moda y el cine

El diseño de vestuario en la ficción histórica: ¿es lícito ser infiel?

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Por Santiago Maestro Cano

Siempre se ha considerado la labor de investigación como punto de partida necesario y fundamental para el diseñador de vestuario cuando se enfrenta a una película o serie de época. El motivo obvio es que se entiende que su trabajo debe recrear fielmente el estilo, prendas y tejidos del vestuario de época.

Cierto es que siempre se ha sido comprensivo con cierta estilización propia de la ficción dramática y, por tanto, cabe cierto margen para la creatividad no fidedigna. Sin embargo, en ocasiones, estas películas y series reciben críticas negativas por parte de quienes entienden que ese “cierto margen” ha sido sobrepasado. En este sentido cabe preguntarse algunas cuestiones.

¿Es lícito o no tomarse determinadas libertades creativas en el diseño de vestuario cuando se parte de una historia real? ¿Hasta qué punto y cuál es ese? ¿Cabe argumentar que no se trata de obras documentales, sino de creaciones ficticias donde el componente artístico puede prevalecer sobre el histórico? En este post abordo estas cuestiones por medio de la referencia a distintos casos. ¿Me acompañan, «vuesas mercedes»?

El tratamiento realista en el diseño de vestuario

El enfoque realista en el diseño de vestuario implica un compromiso riguroso con la precisión histórica. Diseñadoras como Jacqueline Durran, conocida por su trabajo en Orgullo y prejuicio (2005) y Anna Karenina (2012), han llevado a cabo investigaciones detalladas sobre la indumentaria de las épocas que representan. Este enfoque no solo busca recrear con exactitud los tejidos, cortes y accesorios de la época, sino también capturar el contexto social y cultural del periodo.

Orgullo y prejuicio, Jacqueline Durran
Anna Karenina, Jacqueline Durran

Ficciones como Elizabeth (1998), con diseños de Alexandra Byrne, representan un hábil equilibrio entre autenticidad y dramatismo histórico, utilizando texturas y detalles que evocan la época Tudor.

Elizabeth, Alexandra Byrne

En cuanto a ficciones medievales, El rey (2019), diseñada por Jane Petrie, se caracteriza por su fidelidad a los materiales y patrones típicos de la Edad Media.

El Rey, Jane Petrie

Los personajes lucen vestimentas austeras pero auténticas, reflejo de la jerarquía y la funcionalidad de la época. A esto se suma la serie de la BBC El último reino (2015-2022), donde el vestuario refleja la evolución cultural y militar de las tribus sajones y vikingas.

El último reino, Molly Emma Rowe

Por su parte, El caballero verde (2021), dirigida por David Lowery, apuesta por un enfoque que mezcla el realismo con toques de fantasía, pero mantiene una base histórica precisa en sus trajes. La diseñadora Malgosia Turzanska empleó linos, lanas y tintes naturales para recrear la sensación de la Edad Media, con un acabado visual que refuerza la atmósfera épica y simbólica de la película.

El caballero verde, Malgosia Turzanska

La obra de ficción basada en la Inglaterra del siglo XIX, Sentido y sensibilidad (1995), diseñada por Jenny Beavan y John Bright, es un ejemplo claro de cómo el realismo puede enriquecer la narrativa. Sus trajes reflejan con exactitud la moda de principios del siglo XIX, utilizando algodones y sedas que capturan el aire de refinamiento y sobriedad característico de la época.

Sentido y sensibilidad, Jenny Beavan y John Bright

La estilización: licencia creativa y estética

En contraste, muchos diseñadores optan por reinterpretar los elementos históricos con fines artísticos. Este enfoque puede incluir alteraciones en las siluetas, colores o materiales para generar un impacto visual que refuerce la narrativa. Un ejemplo destacado es el trabajo de Sandy Powell en Shakespeare in Love (1998), donde combina elementos renacentistas con una paleta cromática y texturas que acentúan el dramatismo de la historia.

Shakespeare in Love, Sandy Powell

Powell también exploró esta dualidad en La reina Victoria (2009), otorgando una mirada fresca y estética a la moda de la Inglaterra del siglo XIX.

La reina Victoria, Sandy Powell

Otra producción significativa es la serie australiana The Great (2020-2023), diseñada por Emma Fryer. Ambientada en el siglo XVIII, la serie se aleja deliberadamente de la exactitud histórica en favor de una estética barroca y satírica. Este enfoque enfatiza el tono irónico de la narrativa, mostrando cómo el vestuario puede ser un recurso expresivo más que un reflejo documental.

The Great, Emma Fryer

En el ámbito medieval, Juego de tronos (2011-2019), con vestuario a cargo de Michele Clapton, combina elementos históricos y fantásticos para crear una estética única. Aunque no se basa en una época específica, incorpora referencias medievales estilizadas para reforzar la inmersión en su mundo de ficción.

Juego de tronos, Michele Clapton

En el Renacimiento, Blancanieves (Mirror Mirror) (2012), con vestuario de Eiko Ishioka, es un ejemplo paradigmático de estilización. La película recrea los cuentos de hadas con diseños extravagantes y colores vibrantes que desafían la exactitud histórica, pero construyen una narrativa visual memorable. Los elaborados vestidos de Ishioka, inspirados en modas renacentistas pero adaptados a un estilo fantástico, se convierten en una parte integral de la identidad de la película.

Blancanieves (Mirror Mirror), Eiko Ishioka

En la serie Los Bridgerton (2020-actualidad), el vestuario diseñado por Ellen Mirojnick combina elementos históricos del periodo de Regencia con toques modernos en colores y texturas, creando una estética que equilibra lo clásico y lo innovador. Este enfoque refuerza el carácter lúdico y fantasioso de la serie, convirtiendo cada traje en un deleite visual. Esta opción actúa en consonancia con otras decisiones sobre la puesta en escena por parte de su máxima responsable, la showrunner Shonda Rhimes. En este mismo sentido obra con el uso de piezas musicales contemporáneas como el “Material Girl” de Madonna o la incorporación de personajes negros y orientales que no tenían cabida en ese periodo histórico. Al ser criticada por estos usos, la productora afroamericana se ha defendido comentando que se trata de una obra de ficción y que eso es tan convencional como puede ser el mismo amor romántico idealizado y el comportamiento de los personajes en todas las películas y series de época, sin que ello sea nunca motivo de crítica negativa.

Los Bridgerton, Ellen Mirojnick

Conclusión: equilibrio entre realismo y creatividad

El diseño de vestuario en las ficciones históricas es un delicado equilibrio entre la fidelidad al pasado y la libertad creativa. Hemos visto cómo mientras algunos diseñadores se esfuerzan por reflejar con exactitud la indumentaria de épocas pasadas, otros aprovechan las posibilidades artísticas para enriquecer la narrativa audiovisual.

Respondiendo a la pregunta del título de este post (si es lícito ser infiel), en mi opinión el diseñador puede o no serlo al periodo histórico, siempre que sí sea fiel a las expectativas que él promueva en el espectador, para que sea él quien decida si quiere o no acompañarle. Si el espectador está avisado de que se trata de un juego estético sin pretensiones realistas, tras un “Erase una vez…” siempre puede admitir lo que nunca fue una vez.


Comentarios

Una respuesta a “El diseño de vestuario en la ficción histórica: ¿es lícito ser infiel?”

  1. Avatar de zestfulf80a46c42d
    zestfulf80a46c42d

    No puedo estar más de acuerdo, Santiago. El diseño de vestuario puede ser un recurso expresivo excelente, aunque no sea totalmente fiel a la época histórica, si su uso está justificado y obedece a los objetivos de la narración audiovisual. Enhorabuena por el post!

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