
SOBRE MÍ
¡Hola querido lector, soy Lidia! Os cuento un poco sobre mí. Tras formarme durante cuatro años en Comunicación Audiovisual en la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia y aprender sobre el poder de la imagen y la narrativa visual, decidí ir más allá y especializarme en un área que realmente capturara mi interés: la moda. Esta decisión me llevó a mudarme a Madrid y realizar un máster en Vogue de Comunicación de Moda y Belleza en Condé Nast España. Aunque todavía me queda mucho por aprender sobre la moda y el cine, espero que se perciba el cariño y la dedicación que he puesto en este artículo. Contacto: lidgalsan@gmail.com
En el cine, la moda es la piel que envuelve a los personajes y revela sus almas. Aunque muchas veces parezca imperceptible a simple vista, en su sutileza radica su poder. Ella es la moda. Es un susurro silencioso que define épocas, revela secretos y construye identidades.
Este artículo hace un breve recorrido sobre los tres estilismos más emblemáticos a través de la figura icónica Audrey Hepburn en la película ‘Desayuno con Diamantes’ (Edwards, 1961). Desde su aparición en pantalla, el inconfundible vestido negro diseñado por Hubert de Givenchy, pasó a ser toda una tendencia que redefinió el estilo femenino, convirtiéndose en un fondo de armario para cualquier mujer.
‘LITTLE BLACK DRESS’ o ‘LBD’
Los trajeados de Audrey Hepburn en ‘Desayuno con diamantes’ (Edwards, 1961) no solo son emblemáticos por su estilo, sino que han dejado una huella imborrable en el mundo de la moda e inspirado a futuras generaciones. Desde el icónico vestido negro hasta los accesorios perfectamente elegidos, cada pieza diseñada por Hubert de Givenchy encapsula una mezcla de elegancia, sofisticación y un toque de rebeldía que ha resonado con generaciones enteras.
El filme no podía arrancar con mejor vestido; satén negro de tiro largo y tirantes. Este, fruncido en la cintura. La espalda es descubierta por los laterales formando un diseño recortado y simétrico (Ver Fig. 1). Además, incorpora un collar de perlas blancas elaborado por Roger Scemama (un joyero francés que trabajó para Givenchy) que se fusiona con el tejido y, por si no fuese suficiente, combina con sus pendientes. No se pueden ignorar los dos complementos más característicos de su vestuario; los largos guantes y unas gafas de sol (estas, diseñadas por Oliver Goldmith).

Si esta secuencia se ha convertido en uno de los momentos míticos de la historia cinematográfica fue debido a este ‘look’ tan irreal a esas horas de la mañana. Cualquier persona podría confirmar que cuando uno vuelve a casa después de una larga noche no desea mirarse al espejo, pero Audrey parecía una silueta intacta que va a volver a su casa tal y como salió de ella.
La prenda negra, no solo acompañaba la estética de la película, sino que también se convirtió en un símbolo de la libertad y la independencia femenina (Ver Fig. 2). En una época en la que las mujeres comenzaban a redefinir sus roles en la sociedad, Holly Golightly (Audrey Hepburn) representó una nueva forma de empoderamiento. El vestido negro, en particular, se ha consolidado como un clásico atemporal, el epítome del «little black dress« que toda mujer considera un básico en su armario.

EL VESTIDO CAMISERO ‘STREET STYLE’
Una vez leí ‘Vestirse con ropa de hombre no oculta la feminidad de una mujer, sino que la enciende’ (Thankoon Panichgul) y con toda la razón. No dejó indiferente la camisa blanca con la que Audrey recibe a su vecino Paul en la película (Ver Fig. 3).

A lo largo de los años se han ido difuminando las fronteras de género en las modas. Todas las casas de moda partían de un código de vestimenta exigido (mujeres con vestidos o faldas, nunca pantalones ni cualquier tipo de prenda que hiciera alusión al género masculino) y en caso de no cumplirlo no se les permitía la libertad de compartir sus colecciones. Más tarde sería la casa Yves Saint Laurent, quién presentó el famoso ‘Le Smoking’ (Ver fig 4 y 5). Esto fue toda una revolución para el momento ya que se consideraba una prenda vulgar en las mujeres, aunque a la misma vez fue un momento clave en la liberación de la mujer y gracias a ello, posteriormente más marcas de lujo se sumaron a esta tendencia.
Figuras icónicas como Marlene Dietrich y Katharine Hepburn llevaron el vestuario masculino al cine y la cultura popular, rompiendo barreras y desafiando las expectativas de género. Estas pioneras mostraron que la moda no conoce límites y que las mujeres pueden apropiarse de cualquier estilo sin sacrificar su feminidad.


En la actualidad, la revista Vogue en España define la camisa blanca como una prenda indispensable ya que es un ‘street style’ que se puede lucir con estilo vayas donde vayas. En el caso de Audrey la luce de vestido camisero. Considerado todo un clásico oversize. Vogue ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de la moda y la incorporación de la ropa masculina en el armario femenino resalta la capacidad de la revista para capturar y promover tendencias que desafían las normas convencionales.
LA GABARDINA
No es la primera vez que se observa el uso de la gabardina en el cine; en ‘Casablanca’ (Curtiz,1942) o en ‘Cantando bajo la lluvia’ (Kelly, G. Donen, S., 1952). La gabardina de color beige y corte largo que Audrey Hepburn luce en la película se convirtió en todo un icono de moda (Ver fig 6). En primer lugar, porque la prenda encaja a la perfección con su estilo clásico y atemporal, pues únicamente hay que revisar su armario, donde todas las prendas son versátiles. La prenda se adaptó a la perfección a la cintura de Holly y consiguió formar parte de su imagen creando un estilo propio y único.
Por otro lado, la gabardina en sí misma tiene un gran impacto a nivel visual, ya que es una prenda muy característica y reconocible, y más si refleja el amor entre dos personajes (Ver fig. 7). En el cine, esto no es casualidad. Cuando dos personajes se visten de la misma manera, el vestuario se convierte en un símbolo de su amor y conexión. El estilo ya no solo refuerza lo esencial, sino que también permite que se entienda mejor la narrativa emocional, haciendo que el público entienda la profundidad de su relación.
Fueron muchas actrices las que se adelantaron a Hepburn en el uso de la gabardina o ‘trench’. En los años 40 de Hollywood se usó esa prenda para aportar misterio a los personajes. Se puede observar el caso de Greta Garbo en ‘La mujer ligera’ (Brown, 1928), a Sylvia Sidney en ‘Solo se vive una vez’ (Lang, 1937), Katharine Hepburn en ‘La llama sagrada’ (Cukor, 1942), Catherine Deneuve en ‘Los paraguas de Cherburgo’ (Demy, 1964), Françoise Hardy en ‘Grand Prix’ (Frankenheimer, 1966), Faye Dunaway en ‘Bonnie y Clyde’ (Penn, 1967) o Lauren Hutton en ‘American Gigolo’ (Schrader, 1980) (Llanos, 2021).


Resulta fascinante cómo años después del estreno de la película en 1961, estas prendas siguen influyendo en las tendencias contemporáneas. Las reinterpretaciones del vestuario de Hepburn todavía aparecen en las pasarelas y en la cultura popular, manteniendo su relevancia (Ver Fig. 8, 9 y 10). La combinación de simplicidad y sofisticación en su estilo ha hecho que las piezas que usó se conviertan en fondos de armario esenciales, recordando a las mujeres que la elegancia no necesita ser ostentosa.



FUENTES IMÁGENES
- Fig 1 https://edition.cnn.com/style/article/audrey-hepburn-little-black-dress-remember-when/index.html
- Fig 2 https://edition.cnn.com/style/article/audrey-hepburn-little-black-dress-remember-when/index.html
REFERENCIAS

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