

¡Hola lectores!
Mi nombre es MARTA CHOVA, graduada en Comunicación Audiovisual y actualmente creadora de contenido. Un tiempo después de finalizar la carrera, he decidido tomar decisiones para conocerme mejor y estoy estudiando un Curso de Estilismo de Moda en la escuela de Barreira A+D. Me encanta el vestuario de ficción, especialmente los de ambientación histórica. Siempre he sido mucho de princesas y sus adaptaciones fantásticas a la gran pantalla. Espero que disfrutéis tanto como yo de esta película que considero uno de mis grandes referentes estilísticos. ¡Gracias por leerme!
Contacto: martachovab4@gmail.com LinkedIn
Las adaptaciones literarias al cine han sido siempre motivo de debate sobre su fidelidad al texto original. En los últimos años, la tendencia a llevar al “live action” historias nacidas en cuentos infantiles y películas de animación 2D ha cobrado aún más fuerza, generando tanto expectativas como interrogantes sobre los aciertos de este proceso creativo.
Siendo gran consumidora del producto Disney, siempre me ha fascinado descubrir las capacidades artísticas de los autores de estas adaptaciones en personajes “reales” y cómo logran que esos relatos, llenos de fantasía, se conecten con la realidad y reflejen problemas auténticos con los que podemos identificarnos.
Desde pequeña, las historias de princesas han captado mi interés, y Blancanieves, con su encanto característico y atemporal, siempre ha despertado mi curiosidad por sus adaptaciones cinematográficas. Entre todas las propuestas audiovisuales, considero que Mirror, Mirror (2012) es la película más visualmente atractiva y de desarrollo de personajes, así como de innovación en su esquema narrativo.
La versión de nuestra Blancanieves (Lily Collins) toma una dirección opuesta al original. Aunque la Reina Malvada (Julia Roberts) mantiene su rol de antagonista, su plan da un giro argumental: en lugar de envenenar a la inocente princesa, dirige su hechizo contra el Príncipe Andrew (Armie Hammer) con la intención de convertirlo en su esposo para asegurarse el control de su reino y su fortuna. Sin embargo, el desarrollo de Blancanieves ocurre cuando convive con los peculiares “siete enanitos”, que harán de la joven dama una gran luchadora, siendo ella quien salve al príncipe del hechizo de la reina.
En las historias de tono fantástico, el vestuario juega un papel fundamental. Mirror, Mirror aprovecha esta oportunidad al máximo, presentando un diseño de vestuario deslumbrante y lleno de imaginación. En el siguiente artículo, realizaré un análisis más personal de las piezas más representativas de la película, por su simbolismo y perfecta caracterización de los personajes.
El legado de Eiko Ishioka
La magia de Mirror Mirror no solo radica en su reinterpretación del cuento clásico, sino también en el deslumbrante vestuario diseñado por la increíble diseñadora japonesa Eiko Ishioka (Ver fig. 1). Su trabajo no se limitó a vestir a los personajes, sino que transformó cada prenda en una pieza de arte que definía su identidad y emociones. Con ello clarificó su intención por crear simbolismos y estéticas innovadoras para las prendas de los personajes ficticios, llevando el vestuario más allá de lo estético para convertirlo en un elemento narrativo esencial.

Ishioka ya había demostrado su genialidad en producciones como Drácula de Francis Ford Coppola, y en Mirror Mirror reafirmó su capacidad para dotar de identidad a cada traje. Su meticuloso trabajo en esta película le valió una nominación al Oscar, y no es para menos: cada vestido es una obra maestra que respira creatividad, dramatismo y fantasía.
Esta gran profesional y excelente diseñadora deja claro su legado cinematográfico: el vestuario no es un simple complemento del actor, sino una piel más, una extensión de su sentido y esencia. Mirror, Mirror fue su último proyecto y, desde mi punto de vista, solo podemos admirar su enorme trabajo y gusto creativo, y admirar cada detalle, textura y color que nos regaló.
Eiko consiguió construir los personajes de este largometraje a través de las prendas elaboradas y seleccionadas. Además, en las caracterizaciones su talento fue tal que no sólo se determinaba el físico con el vestuario, sino también cómo eran estos personajes emocionalmente. Creó cientos de vestidos únicamente para este proyecto. Estas creaciones no solo realzaron la estética de cada personaje, sino que también se transformaron en un vestuario majestuoso a todo color (Ver fig. 2). Además, parece evidente que la diseñadora buscó un equilibrio entre la riqueza cromática y una sutil atmósfera tenebrosa, dotando a cada pieza de una profundidad única.

Blancanieves y sus cuatro vestidos
El desarrollo personal de Blancanieves a lo largo de la película se refleja de manera excepcional en su vestuario, que acompaña su transformación en una mujer fuerte y luchadora. A lo largo de la historia, el personaje luce cuatro impresionantes vestidos, cada uno con un diseño único que simboliza su evolución. El primero de ellos, según cuenta la propia Collins, la joven princesa luce un vestuario que claramente refleja juventud y esperanza (Ver fig.3). No hay ninguna confirmación sobre la referencia o influencia que Ishioka tomó para desarrollar este vestuario, pero es innegable la posibilidad de que dicho vestido sea una perfecta declaración de intenciones hacia las Fallas de Valencia, ya que no solo la tela tiene los esquemas y estructura de estos telares tradicionales, sino que tanto el corsé como las mangas abullonadas recuerdan perfectamente al traje de fallera original (Ver fig. 4). El primero de ellos, según la propia Lily Collins, representa juventud y esperanza (Ver fig. 3). Aunque no existe una confirmación oficial sobre las referencias o influencias que inspiraron a Ishioka en su diseño, es difícil pasar por alto su posible conexión con las Fallas de Valencia. La estructura del tejido evoca claramente los telares tradicionales valencianos, y el corsé y las mangas abullonadas tienen una notable similitud con el traje de fallera original (Ver fig. 4).

Eiko y el director Tarsem Singh acordaron situar el vestuario de Mirror Mirror en un marco temporal que abarca del siglo XVI al XIX. Esta decisión dio lugar a diseños con una marcada hibridez clásica: sin conocer esta referencia, fácilmente podríamos asociar este vestido, por su composición floral y estructura, al Barroco. Aunque estas interpretaciones son especulativas, es evidente la intención de transmitir, a través del color y la forma, las emociones del personaje en esta etapa: juventud y curiosidad. Mención especial merece la capa que Blancanieves lleva al adentrarse sola en el bosque (Ver fig. 5). Su intenso tono amarillo no solo alerta de los acontecimientos que están por venir, sino que también simboliza la inevitable transformación del personaje.

El segundo vestido resulta especialmente interesante, ya que, al estar vinculado al baile temático de animales (Ver fig. 6, 7 y 8), podría interpretarse como un diseño inspirado, posiblemente, en el efecto de las plumas del cisne. El imponente tocado de la cabeza del ave refuerza esta idea, mientras que el voluminoso vestido blanco conserva las mangas abullonadas del primero, aunque en menor tamaño, lo que sugiere un cambio en el personaje: ahora desafía abiertamente a la Reina Malvada.
El cisne simboliza nobleza y elegancia, y refleja la verdadera esencia de Blancanieves, demostrando que el vestuario no solo embellece, sino que también comunica visualmente su evolución y carácter.



El tercer vestuario es el más innovador y transgresor de la película (Ver fig. 9). En este punto, la historia avanza hacia su desenlace, mostrando a una Blancanieves más madura y decidida, dispuesta a romper las reglas para alcanzar su objetivo. Desde mi perspectiva, la evolución del personaje se refleja especialmente en el diseño de las mangas de sus vestidos. Aquí ya no hay rastro de la influencia de su madrastra; Blancanieves ha tomado el control de su destino. Las mangas, ahora largas, refuerzan su nueva identidad, mientras que el corsé mantiene la esencia de la hibridez clásica del vestuario. Sin embargo, el cambio más significativo está en la paleta de colores y el concepto: el negro y el azul, más intensos y fríos, simbolizan la valentía que ha alcanzado; así como la estructura de sus atuendos, mucho más sombrios y tendenciosos a la ropa masculina de batalla.

El cuarto y último vestido es el que Blancanieves luce en su boda (Ver fig. 10). Lejos de seguir el estilo tradicional del vestido nupcial, Eiko apostó por un diseño vibrante que refleja la identidad plena que la protagonista ha alcanzado en esta etapa final. La combinación de colores es especialmente llamativa: el naranja intenso se equilibra con dos tonos de azul y el blanco, creando un conjunto sofisticado, digno de la alta sociedad y la realeza.
En cuanto a la estructura, Blancanieves regresa al volumen y a las mangas abullonadas, aunque ahora con un diseño de manga larga, lo que podría simbolizar el poder que ha adquirido sin perder su esencia. Además, se dice que el impresionante lazo en su espalda representa un regalo: el de ella misma para su nuevo esposo, el príncipe (Ver fig. 11).


El vestuario de Blancanieves en Mirror, Mirror refleja de manera brillante su evolución a lo largo de la historia: desde los tonos suaves y las siluetas románticas de su juventud hasta los diseños más estructurados y oscuros que simbolizan su transformación en una líder valiente. La cuidadosa combinación de colores, volúmenes y detalles históricos no solo enriquece la estética del personaje, sino que también refuerza su identidad y crecimiento, convirtiendo el vestuario en un elemento narrativo clave dentro de la película.
La Reina Malvada y sus vestidos eclécticos
El vestuario de la Reina Malvada fue diseñado en un estilo completamente opuesto al de Blancanieves. Mientras que la protagonista luce prendas de inspiración romántica, con tejidos vaporosos en tonos suaves como azul, blanco y pasteles, la Reina Malvada se envuelve en lujo y brillo. Sus trajes, dominados por el dorado y el rojo sangre, refuerzan su poder y carácter imponente, marcando un claro contraste entre ambas figuras. Uno de los diseños más impactantes es el vestido creado para la boda de la Reina Malvada (Ver fig. 12). Esta imponente pieza, tan elaborada que requirió de siete personas para transportarla, destaca por su riqueza en detalles. Su estructura presenta hombros afilados, posiblemente como una representación visual de su poder y la amenaza que encarna.

El diseño del vestido parece inspirado en escamas superpuestas que envuelven la silueta de la Reina Malvada, reforzando su presencia imponente. Además, los detalles de raíces que caen desde el corsé o la cintura aportan un aire ecléctico e imaginativo, fusionando distintos estilos y épocas (Ver fig. 13). La composición integra elementos del siglo XVI al XIX, combinando referencias históricas auténticas con toques apócrifos que enriquecen su simbolismo.
Esta estética no se limita al vestido de boda, sino que define todo su vestuario. Un ejemplo destacado es el impresionante vestido rojo con grandes plumajes que evocan a un pavo real (Ver fig. 14). Su cuello alto y las exageradas golas refuerzan una vez más su aura de poder y amenaza, consolidando su imagen majestuosa y dominante.


El vestuario de la Reina Malvada en Mirror, Mirror es una manifestación de su carácter dominante, extravagante y peligroso. A través de diseños majestuosos, ricos en texturas y detalles simbólicos, Eiko Ishioka construyó una imagen de poder absoluto. Desde el dorado y el rojo sangre hasta las formas afiladas, los volúmenes dramáticos y la fusión de referencias históricas, cada prenda refuerza su presencia imponente. Más que simples atuendos, sus vestidos son una extensión de su personalidad, reflejando su control sobre su mundo.
El vestuario de Mirror, Mirror es un despliegue de color y formas que evocan el estilo visual de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. Además, resulta fascinante el paralelismo entre algunas estructuras de los vestidos y la estética gaudiniana. La influencia de la arquitectura modernista catalana se percibe especialmente en los soldados del palacio, cuya apariencia recuerda a las icónicas chimeneas de La Pedrera de Gaudí (Ver fig. 15 y 16). Por ello, no sería sorprendente pensar que Eiko Ishioka se inspirara en este estilo tan distintivo para dar vida a los diseños eclécticos y exuberantes de la Reina Malvada.


El vestuario de Mirror, Mirror es una pieza clave en la construcción visual y narrativa de la película. Eiko Ishioka no sólo diseñó trajes deslumbrantes, sino que dotó a cada personaje de una identidad propia a través de los colores, las texturas y las formas. Mientras Blancanieves evoluciona de la inocencia a la valentía reflejada en sus vestidos, la Reina Malvada impone su autoridad con diseños opulentos y simbólicos. Además, la fusión de influencias históricas, arquitectónicas y artísticas crea un universo estético único, consolidando el vestuario como una obra maestra dentro del cine de fantasía.
Referencias
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170712/eiko-ishioka-6162627
https://youtu.be/dgOH0qYPOc0?si=MkBa9a87z6RI0xQs
http://amajaiak.blogspot.com/2012/07/blancanieves-y-el-modernismo-catalan.html

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